Con el espíritu de concientizar acerca de los perjuicios que causa la pirotecnia en niños, abuelos, personas con discapacidad y animales, el Municipalidad de General Villegas reitera su cruzada con el fin de cambiar los hábitos y costumbres a la hora de festejar.
No son simplemente luces en el cielo. Son estallidos similares a las bombas porque cada vez emiten sonidos más fuertes, ensordecedores y peligrosos. Muchas personas (entre ellos bebés y ancianos) y animales los sufren y hasta puede padecer trastornos cardíacos.
La campaña está enfocada en las personas que más lo padecen, aquellos que sufren de hipersensibilidad, las que tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA) y Trastorno Generalizado en el Desarrollo (TGD) ya que poseen alta sensibilidad auditiva. Solo para tomar medida, unos números: según la Asociación Argentina de Padres de Chicos con Autismo (APAdeA) actualmente 400 mil personas tienen TEA.
Esa población es gravemente afectada por lo que para pocos, que tampoco consideran los peligros para ellos mismos, es una fiesta.
¿Cómo afecta la pirotecnia a las personas con TEA y TGD? Tienen reacciones desesperadas para alejar esos ruidos de sus oídos: generalmente se tapan muy fuerte los oídos, tienen crisis de llanto e incluso llegan a autolesionarse. Esa situación de vulnerabilidad extrema los pone en una posición que el entorno percibe como “agresiva”, pero la única manera que encuentran, en medio de una crisis, para comunicar lo que la situación les genera.
Los otros afectados son los animales, no solamente los domésticos aunque de ellos al menos hay algún registro: una encuesta realizada por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), a través del Centro de Investigación en Estadística Aplicada (CINEA), revela que el 74 % de los hogares integrados por 2 personas, o más, conviven con animales; mientras que en los hogares unipersonales la cifra es del 49 % y todos ellos han sufrido debido a los estruendos que se manifiestan, sobre todo, en los festejos de Fin de Año.
Respecto al daño que sufren los animales que habitan zonas rurales porque las explosiones suelen realizarse en medio del hábitat de la fauna y entre ella están las poco observadas aves.
Con respecto a las reacciones físicas de los animales domésticos se descubrió que los perros generalmente tienen taquicardia y también, a causa de las explosiones, algunos desarrollan enfermedades cardíacas. Ellos son los que más sufren debido a la ansiedad propia de la especie, mientras que los gatos suelen esconderse y si bien la sufren no llegan a padecer tanto como los perros.
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